¿Podemos conocerlo todo?
Conocer todo es algo imposible, los humanos tenemos una inmensa curiosidad por el saber más y más de todo cuanto nos rodea, es algo natural. Pero eso nos lleva a estudiar como solucionar un problema que está ahí y cuyas soluciones nos plantean otras nuevas inquietudes y necesidades. En su tiempo, los egipcios hicieron sus pirámides con no sabemos qué métodos de construcción, que ellos sí conocieron y nosotros aún estando ahí, no alcanzamos a saber como la realizaron. Quién iba a pensar que las locuras de Ícaro y su afán de volar nos llevarían hoy a que el hombre volara y fuese una de las cosas más normales del mundo, y que la visionaria imaginación de Julio Verne o Leonardo da Vinci fuera una fuente inagotable para estudiar y crear naves submarinas u otros artilugios. Las curiosidades del ser humano por conocer cosas nuevas o solucionar viejos problemas nos hace estar en constante evolución, unas veces por necesidad (curar enfermedades que causan gran mortalidad), otras veces por